Lo que más dolió al sicario de esas últimas palabras fue el sentir que no mentía.
miércoles, 26 de noviembre de 2014
El sicario
Lo que más dolió al sicario de esas últimas palabras fue el sentir que no mentía.
domingo, 26 de octubre de 2014
Tiempo de sentir
domingo, 14 de septiembre de 2014
Todo
Se
habían conocido unas semanas atrás en algún lugar, que por otra parte es lo de
menos; podría haber sido un parque, una sala de espera, una biblioteca, la cola
de un cine o quizás una parada de un autobús con retraso. El caso es que se
habían cruzado y habían comenzado a charlar y sin saberlo a conocerse. Tal fue
el interés mutuo despertado que fueron varias las veces que se citaron y, como
era de esperar, mucho de lo que hablaron. Al principio y como siempre, hablaban
de todo, que es lo mismo que no hablar de nada: del calor que no
había hecho aquel verano, de noticias que copaban titulares, de cuánta gente se
reunía en aquél café donde el tiempo parecía detenido.
Ambos tenían ya esa edad en la que las verdades
absolutas claudican y también ambos atesoraban un buen baúl de experiencias,
algunas compartidas durante sus encuentros… Ahí los tienes; él hablando de la
sensación única de dormir bajo las estrellas y poner el alba por despertador;
ella disertando sobre las propiedades curativas del olor a tierra mojada,
especialmente en aquellos días de final de verano; él hablando sobre ese primer
reloj al que cada noche tenía que darle cuerda y, a continuación, ella
maldiciendo ese desarrollo que nos arrebató esos relojes que al menos unos
segundos al día obligaban a detenernos.
Es cierto que la conversación no era siempre tan profunda; también compartían
lo mundano y lo trivial; que si nunca llueve a gusto de todos… que si no hay
mal que por bien no venga… que ya sabes que segundas partes nunca fueron
buenas… Y al final el amor, lugar donde todo converge, de ello
también hablaron.
Ambos se habían enamorado varias veces, habían querido
otras tantas, habían sabido caer y levantarse, abrir la puerta de casa y asumir
que al otro lado ya nadie esperaba; besado cuerpos que nunca amarían, amado
otros que nunca sabrían que fueron amados, todo… todo parecía
haber sido vivido antes y por un momento hablaban como si fueran el hombre y la
mujer más ancianos del mundo, con todo ya vivido, poco o nada
nuevo por hacer.
Fue en un receso de la conversación, un silencio de
esos en los que decimos que pasa un ángel, cuando de repente ambos se
sorprendieron mirándose a los ojos, navegando mar adentro en sus pupilas y
quizás manteniendo una conversación paralela a la que brotaba de sus bocas,
dato que nunca podremos confirmar y será siempre suposición del que escribe
esta historia. Lo que es totalmente cierto es que por un instante ella tembló y
él lo sintió como si dentro de su propio cuerpo fuera:
—Y con todo lo vivido, con todo lo
sentido, con todo lo reído y también llorado, ¿Qué nos queda
por hacer? —ella preguntó. Volvió el silencio y de nuevo el mar a sus pupilas,
está vez más brillante e inquieto. Pasó otro ángel y tras él llegó la
respuesta:
—Todo —y seguidamente los labios de él se adelantaron al tercer ángel que esperaba su turno y lentamente se aproximaron a los de ella que al otro lado de la mesa ya ansiaban su encuentro, justo en el mismo instante en el que en algún lugar del universo una galaxia nacía, una madre abrazaba a un bebé dormido, un soldado concluía un verso… y alguien a pocas mesas de distancia de ellos sonreía y derramaba su café, embelesado ante la imagen de los ya jóvenes protagonistas de esta historia, que ajenos a todo se besaban. Y mientras todo comenzaba… todo de nuevo.
domingo, 7 de septiembre de 2014
Lento
lento
lento
lento...
con el noble proposito
de por un instante
erizar tu vello
disuadir el tedio...
por eso compongo
lento...
jueves, 14 de agosto de 2014
Cristiano Ronaldo
Yo cada vez soy menos de fútbol... Esto es una manera de decir que ya casi me limito a finales o a partidos próximos a la resolución de campeonatos. El caso es que ayer, quizás por el atractivo añadido de seguir un partido de “mi” Madrid tan lejos de casa, estando en San Pedro de la Laguna, junto al lago de Atitlan (Guatemala), me busqué un café donde echaban la final de la Supercopa de Europa y allí me senté a ver el partido y compartirlo con el amable camarero guatemalteco y madridista y con una pareja muy culé de Barcelona que le daban un morbo añadido al choque. El resultado del partido fue de 2 a 0 en favor del Madrid que derrotó al Sevilla con cierta solvencia en un partido donde Cristiano Ronaldo marcó los dos goles y fue elegido el MVP del partido. Al salir de allí y tras comer algo tomé un tuk-tuk y me fuí a visitar otro pueblo junto al lago y allí pasear en el correr de la tarde, sin rumbo definido y siempre abierto la conversación con el lugareño o visitante que a ello se prestara.
jueves, 24 de abril de 2014
Sonríe poco la gente en los aeropuertos
jueves, 20 de marzo de 2014
Ella era de hielo
domingo, 9 de marzo de 2014
De milagros y rutinas
que regresa a mi cara
cuando vuelves
con el final de la jornada
yo te sonrío
y tú tan guapa
Será la risa
desvelando nuestras ganas,
estate quieto
y mis brazos enredándose
en tu encuentro
- ¡te eché de menos!…
Es la rutina de este milagro
entre tú y yo
un universo en nuestras manos
para los dos
Será el querernos
tal y como nos gustamos
con ese tiempo
que tanto supimos darnos
tiempo sin prisa
tiempo salvado
Serán los besos
que regresan a los labios
reconocernos
para luego reinventarnos
como un principio
siempre empezando
Es la rutina de este milagro
entre tú y yo
un universo en nuestras manos
para los dos
Y tu boca es un quizás
mi diario de certezas
esos cuadros por pintar
y tu risa lo demás
equilibrio en los espejos
estribillo de este sueño
la vida junto a ti.
Canción dedicada a todas esas parejas que a pesar de los años que llevan compartidos, la única rutina que en lo personal les afecta, es la constatación de ese milagro que día tras día se repite...
miércoles, 5 de marzo de 2014
Largo, camino largo
cuando no tenga fuerzas ya para decirte
que los años ¡ay hermano!
no, no pasan en balde
Huelo, aún su invierno
de nieve blanca se cubrió aquella estación
en un adiós, ¡por Dios no puedo!
Te oí gritar, todo tembló
sólo se vio un humo incierto... un humo incierto...
Un pasado, eterno presente
mes de enero, Canfranc estación
Junté mis manos y grité seré capaz
si hay algo más fuerte que el amor es la necesidad
Largo, camino largo... largo
largo, camino largo
Sí, sí, aún recuerdo
perfectamente a ese niño preguntando
¿por qué nos vamos?
nadie responde...
El silencia temblaba en los labios
mes de enero, Canfranc estación
Junté mis manos y grité seré capaz
si hay algo más fuerte que el amor es la necesidad
Largo, camino largo... largo
largo, camino largo
Cuando me falte el aire
cuando no tenga fuerzas ya para decirte
que los años ¡ay hermano!
no, no pasan en balde