viernes, 31 de julio de 2015

En línea

Se habían amado más de lo que pudieron llegar a imaginar… pero hacía semanas que su relación había terminado.

Malditos sean todos los finales.

Aún así era difícil despegarse de viejos hábitos, como asomarse a esas ventanas tecno-ilógicas en las que tanto tiempo habían compartido. Él, como un ritual que aún sin querer repetía cada día, observaba la pantalla de su teléfono móvil… en línea, ella estaba en línea… ¿con quién estaría a esas horas hablando?... y sobre qué hablaría –él pensaba. Acaso ultimando una huida hacia adelante o definiendo las claúsulas de un nuevo y definitivo plan de rescate…

Él no podía saberlo, pero justo en ese momento, al otro lado de aquella ventana, a un puñado de kilómetros de distancia, ella también observaba la pantalla de su móvil y bajo el nombre de él podía leer: en línea… Siempre en línea –ella también pensaba. ¿Con quién hablará ahora? ¿a quién andará con su prosa intentando seducir?... tan pronto olvidan algunos...

Y ella en línea

Y él en línea

Y ella de nuevo en línea

Y él de nuevo también en línea

en línea

en línea

Y es que ahora eran exactamente eso: dos líneas... dos líneas que un día convergieron, dos líneas que se amaron, dos líneas que ahora continúan su rumbo… condenadas al común destino de ya nunca más cruzarse.



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